En mi región, la situación de salud refleja una mezcla de avances y grandes desafíos. Aunque se han implementado programas preventivos y mejoras en algunos establecimientos, todavía existe una brecha marcada entre la demanda de atención y los recursos disponibles.

En muchos centros, el acceso a especialistas es limitado, lo que afecta especialmente a pacientes con enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, tuberculosis y problemas respiratorios. A esto se suma la falta de equipos modernos, tiempos prolongados de espera y la escasez ocasional de medicamentos esenciales.

Además, las zonas rurales siguen enfrentando barreras importantes: conectividad insuficiente, dificultades de transporte y poca continuidad del cuidado.

Como profesional de enfermería en formación, observo que el sistema sigue dependiendo del esfuerzo humano más que de la tecnología, y aunque hay avances, aún queda mucho por fortalecer en infraestructura, educación sanitaria y recursos para brindar una atención oportuna y equitativa.