Generalmente la enfermería tría con el apoyo informático de un programa que determina el nivel de prioridad. Por supuesto el que le dá a la tecla es la enfermera y la que valora sintomas, escalas, etc. Es decir, sin el programa informático la enfermería no triaría, sino clasificaría. Esto supone un cambio significativo, sobre todo, por las consecuencias derivadas de la responsabilidad de errar. Ah, que no os lo vendan como la mejor solución a la recepción de pacientes. Si en un hospital como el Miguel Servet de Zaragoza, con una presión asistencial de la leche, si no se acompaña de personal suficiente y de medios adecuados, el triage no es eficaz.