Lo inaudito es estar trabajando en un servicio y por conveniencia cierren el servicio (Navidad, Semana Santa, Verano...). Más lamentable es que se traslade al personal a otro servicio buscando simple conveniencia económica:
se mueve el personal plantilla que queda libre y se evitan sustituciones.
El stress que debe superar el personal que es trasladado es doble tiene que prepararse por su cuenta y riesgo para una nueva especialidad, por ejemplo UCI, prematuros,, etc, y además conocer y adaptarse a los trámites sociales y burocráticos del nuevo servicio.
¿Cuánto tiempo y sufrimiento lleva adaptarse al nuevo servicio?...; a la larga las especialidades supondría evitar bajas por depresión, ansiedad.
Una mejor formación permitiría además nuevas funciones para la enfermería, con ello se crearía nuevos puestos de trabajo. El suplemento de productividad se pasaría a pagar al propio enfermero especialista dejando de ser una tarea extra para las unidades de gestión (Direcciones, Gerencia, etc.), estos puestos suponen un coste económico innecesario muchas veces.
Una formación adecuada incidiría en la prevención y en la hospitalización ( menos coste por paciente).
La enfermería está mentalizada, quizás dividida, pero mentalizada para atender mejor y al menor coste posible, para cuidarse de ella misma y de la población.